El Papa Francisco, un liante de cuidado

Francisco, catequista
Francisco, catequista

¿Quién no se acuerda de la famosa frase del Papa Francisco en la Jornada mundial de la Juventud en el 2013?  “¿Qué es lo que espero como consecuencia de la Jornada de la Juventud? Espero lío.

Este joven anciano todavía monta líos. Una atenta observación de su agenda pública nos muestra su vocación de liante. Hace unos días se encontraba ni más ni menos que con unos doscientos niños para invitarles a la oración.

En una palabra, salir de nuestra “zona de confort”, cada uno con sus posibilidades, para hacer presente el evangelio o para acercar la misericordia del Señor a los que lo necesitan. Así de sencillo y así de complicado, ya que luchamos contras nuestras resistencias, nuestras comodidades, nuestras repugnancias y todo un sinfín de prejuicios que bloquean demasiadas veces nuestra realización plena como cristianos.

Esperemos que en España, que ya empieza a haber un grupo de obispos franciscanos -entiéndase bien- que la lien un poco, sino esto parecerá pronto un erial…

La agenda del Papa Francisco está plagada de gestos evangélicamente liantes. por eso la pregunta es muy sencilla: ¿qué significa generar lío?

El Papa Francisco, un liante de cuidado

¿Quién no se acuerda de la famosa frase del Papa Francisco en la Jornada mundial de la Juventud en el 2013?  “¿Qué es lo que espero como consecuencia de la Jornada de la Juventud? Espero lío. Que acá dentro va a haber lío... va a haber, que acá en Río va a haber lío... va a haber, pero quiero lío en las diócesis, quiero que se salga afuera, quiero que la Iglesia salga a la calle, quiero que nos defendamos de todo lo que sea mundanidad, de lo que sea instalación, de lo que sea comodidad, de lo que sea clericalismo, de lo que sea estar encerrados en nosotros mismos, las parroquias, los colegios, las instituciones son para salir, si no salen se convierten en una ONG ¡y la Iglesia no puede ser una ONG!”. Era la primera vez que el Papa Francisco se encontraba con la juventud  del mundo de manera tan directa. Cuentan unos 4 millones de jóvenes congregados en la misa de clausura.

Este joven anciano todavía monta líos. Una atenta observación de su agenda pública nos muestra su vocación de liante. Hace unos días se encontraba ni más ni menos que con unos doscientos niños para invitarles a la oración. El motivo era desde la parroquia de San Giovanni Maria Vianney, en las afueras de la ciudad eterna, lanzar el proyecto de la “Escuela de oración" que impulsa con motivo del Año de Oración que sirve de preparación para el Jubileo de 2025.  El Papa Francisco no tuvo ningún problema para revestirse de catequista de comunión y responder a las espontáneas e incisivas preguntas de los niños.

Francisco les habló de la oración y al parecer un niño le dijo que su familia reza antes de comer. Francisco le respondió: “¿Pero sabes que hay muchos niños que no tienen qué comer? ¿Doy gracias al Señor que me da alimento? ¿Le agradezco que me haya dado una familia?" Y la pregunta más retadora de una niña en silla de ruedas: ¿Cómo puedo agradecer al Señor en la enfermedad? “Incluso en tiempos oscuros - dice el Papa Francisco- debemos gracias al Señor, porque nos da la paciencia para tolerar las dificultades. Digamos juntos: gracias Señor por darnos la fuerza para tolerar el dolor”. ¡Qué manera de complicarse la vida! Pero que bonito acercarse a los niños de esa manera tan preciosa y orar con ellos.

La agenda del Papa Francisco está plagada de gestos evangélicamente liantes. por eso la pregunta es muy sencilla: ¿qué significa generar lío? Probablemente para cada uno de nosotros, como para el Papa, es más cómodo estar, esa mañana o esa tarde, tranquilo en su habitación, después del trajín diario, pero no ahí se fue a esa parroquia…eso es crear lío. En una palabra, salir de nuestra “zona de confort”, cada uno con sus posibilidades, para hacer presente el evangelio o para acercar la misericordia del Señor a los que lo necesitan. Así de sencillo y así de complicado, ya que luchamos contras nuestras resistencias, nuestras comodidades, nuestras repugnancias y todo un sinfín de prejuicios que bloquean demasiadas veces nuestra realización plena como cristianos. Una vida cristiana “estreñida” “avinagrada” - como dice el Papa- nos conduce a la amargura. Si nuestra vivencia del evangelio no nos hace felices, en cualquiera de la situaciones de nuestra vida, algo falla; y necesitamos hecérnoslo ver…El Papa Francisco nos precede y nos inyecta con sus gestos y palabras mucha moral. Es un liante nato, como recuerda en el último libro entrevista, por eso no hubiera aceptado el Papado en el primer asalto, es decir el Cónclave que eligió a Benedicto. No era el momento todavía del lío primaveral que está montando.

Esperemos que en España, que ya empieza a haber un grupo de obispos franciscanos -entiéndase bien- que la lien un poco, sino esto parecerá pronto un erial…

Volver arriba