El prelado expresa su preocupación: "Es necesario encontrar una salida dialogada" Monseñor Celso Ba Shwe, obispo en Birmania: "Vivimos en una condición de desplazamiento y tribulación"

Rescate de civiles atrapados en el frente en Myanmar
Rescate de civiles atrapados en el frente en Myanmar

La Iglesia católica en Birmania expresa su gran preocupación por la situación económica del país que ha degenerado, con una subida de los precios y la escasez de productos básicos. Esto ha provocado una situación generalizada de indigencia y malnutrición. Así lo manifiesta el obispo de Loikaw

(Vatican News).- “Estoy en la parroquia de Soudu, un pueblo de la diócesis de Loikaw”, dijo a la Agencia Fidesmonseñor Celso Ba Shwe, obispo de Loikaw. “Se trata de una de las parroquias donde todavía es posible la vida pastoral. Nuestra catedral de Loikaw sigue ocupada por el ejército birmano. Más de la mitad de las iglesias de la diócesis están cerradas y vacías porque los fieles han huido. Vivimos en una condición de desplazamiento y tribulación, pero doy gracias al Señor porque con esta experiencia me ha dado la oportunidad de estar más cerca de mi pueblo, más cerca de la gente, que está tan necesitada de consuelo y solidaridad”.
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Condición de refugiado

El obispo, que también vive la condición de refugiado, obligado desde noviembre de 2023 a abandonar su catedral y el centro pastoral contiguo, ocupados por el ejército birmano que ha convertido el complejo en una base militar, ha pasado primero la Navidad, luego la Cuaresma y la Pascua lejos de su iglesia, dedicándose a visitar a los refugiados y a celebrar con ellos las fiestas religiosas.

A tres años del golpe

A tres años después del golpe, declara amargamente: "No podemos persistir en una guerra interna durante tanto tiempo. La nación y toda la población saldrán postradas, debilitadas, aniquiladas. Ahora es necesario encontrar una salida, iniciar vías de negociación, diálogo y reconciliación”.

Que Dios abra un camino de paz

“Estamos muy preocupados por la situación social y política, el tejido social está desgarrado, la gente está confusa y desorientada. Hay desplazados por todas partes, la violencia hace estragos, la ciudad de Loikaw está ahora ocupada únicamente por las fuerzas combatientes, es decir, soldados y milicias de la oposición. Asistimos a una muerte lenta, día tras día, de nuestra hermosa nación. Estamos verdaderamente probados por todo esto. Rogamos a Dios que abra un camino de paz, ya que esto no puede seguir así”

Palabras de esperanza

A pesar de la tragedia, el obispo también tiene palabras de esperanza: "Cristo ha resucitado por nosotros también, veo luz en los rostros de la gente que sufre y esto me consuela. No perdemos la esperanza porque es Dios quien nos la da. La gente sufre, resiste, espera. Pero necesitamos un amanecer de nueva esperanza. Agradecemos al Papa Francisco que siga recordando al mundo nuestro sufrimiento y rezando por nosotros".

Mientras tanto, en la guerra civil, los rebeldes, tras el éxito de la "Operación 1027", intentan conquistar estratégicamente las zonas fronterizas para impedir el suministro a la junta, que en cambio controla la parte central del país y las ciudades más grandes. En los últimos días, las fuerzas de la oposición han conquistado otra ciudad clave, asestando un golpe significativo al ejército en el poder: se trata de la ciudad de Myawaddy, en el sureste, en la frontera con Tailandia, donde había una base militar, abandonada por el ejército regular derrotado. La ciudad de Myawaddy, importante paso fronterizo y nudo de comercio y suministros de Tailandia a Myanmar, cayó tras una ofensiva del ejército karen, una de las milicias étnicas aliadas de la oposición birmana.

Preocupación es la situación económica de Birmania

El otro capítulo sobre el que los representantes de la Iglesia católica expresan una gran preocupación es la situación económica de Birmania, que ha degenerado, con una subida de los precios y la escasez de productosbásicos. Esto ha provocado una situación generalizada de indigencia y malnutrición.

Ante este panorama, el plan de emergencia de la ONU para Birmania para este año necesita una financiación de mil millones de dólares (cifra que aún no se ha recaudado entre los donantes) para atender a más de cinco millones de personas necesitadas en territorio birmano. Según cifras de la ONU, hay más de dos millones seiscientos mil desplazados internos y la cifra sigue aumentando.

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