Por la búsqueda de la verdad Esa sospechosa minoría

Defender la vida es progresista

En los últimos tiempos me estoy dando cuenta de que estoy pasando a pertenecer una minoría sospechosa. Una minoría como lo fue el cristianismo en sus primeros momentos. Algo que no me inquieta demasiado si permanezco en la búsqueda de la verdad. No por ser mayoría las gentes están cargadas de razón.
Hay una mentalidad cada día más mayoritaria por considerar el aborto como un derecho incluso llamado a ser protegido en las Constituciones. Comenzó Francia a incluirlo en su Constitución como un derecho protegido y ahora la Unión Europea también la recomienda para que lo introduzcan en las legislaciones de sus países miembros. ¡Quién diría que la  vieja Europa iba a tomar esta deriva después de ser fruto de la consolidación de los valores humanos que brotan de la cultura cristiana! Otra razón para formar parte de esa minoría sospechosa. Porque hoy no ser partidario del aborto, por ejemplo, es como pasar a formar parte de un club sospechoso de conservador, carca, facha y no sé cuántos calificativos más. Es su problema.
La búsqueda de la verdad no es algo tan insignificante a lo que se pueda renunciar ni a pesar de ser tachado de minoría sospechosa. Mucho más cuando estoy convencido de que la verdad está en esta dirección. En el futuro nos mirarán con ojos muy críticos por la dinámica en la que nos estamos metiendo en estos tiempos de vuelos cortos, convencidos de que esto es lo progresista. Eso mismo pensaban en los siglos XVIII y XIX de la esclavitud una mayoría que hoy nos parecen hombres de mirada corta, cruel y equivocada. Hasta que fue abolida oficialmente en el año 1798. No estaban tan acertados como creían. Supieron corregir antes de que el asunto se les fuera de las manos. Y algo así -estoy convencido- nos va a suceder en el tema del aborto o en otros como "Yo con mi cuerpo hago lo que quiero", fruto de una corriente política concreta y nefasta con pocos valores y exceso de ideología, con muchas fachadas y poco contenido. Y si no, tiempo al tiempo. Ser de esa minoría sospechosa que defiende la vida desde su concepción hasta su muerte natural como un precioso don para nuestra civilización que debemos proteger, es un honor al que no voy a renunciar a pesar de que me sitúe fuera de la corriente mayoritaria y en un lugar sospechoso. Digan lo que digan las leyes humanas hay leyes naturales y divinas -No matarás- que está por encima de los prejuicios ideológicos e intereses de poder y miras cortas de esta generación que apuesta por evitar el esfuerzo para vivir y para pensar. Permaneceré en esta minoría sospechosa, buscadora de la verdad, cueste lo que cueste. Me acuesto y enseguida me duermo porque la búsqueda de la verdad me hace dormir tranquilo.

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