"Primero vinieron por los haitianos y no dije nada porque no era haitiano. Luego fueron por otros migrantes, negros y pobres, tampoco los defendí pues no era de ese grupo social. Mañana, cuando los discursos de odio, vengan por nosotros, los comunicadores, no habrá nadie que abogue por nuestra libertad Apoyemos la mesa social sobre diálogo migratorio haitiano que pide la Iglesia

Apoyemos el diálogo migratorio
Apoyemos el diálogo migratorio Julio Pernús

¿Cómo podemos trascender la comunicación de la indiferencia con respecto al tema de la migración haitiana?

"Si piensas desde Dios la realidad de Haití -afirmó- vemos que ahí, algún poder sobrenatural ha tachado sus vidas para siempre"

La ética de un país no debe ser solo mirar con ojo periodístico  al pobre, migrante, marginalizado, sino dejarnos mirar por él también y saber, que desde ahí, Dios actúa, transforma, cambia los corazones

Durante un viaje en un ómnibus de la compañía Caribe Express, de Dajabón a Santo Domingo, a una compañera periodista dominicana le pidieron cuatro veces su cédula y la hicieron bajar tres veces del vehículo, motivo: era de piel oscura y con el "pelo crespo", la confundieron con haitiana. La crisis que vive Haití ha descontrolado totalmente su tejido social, y su gente, ya maltratada, migra sin cesar intentando evitar el sufrimiento. 

El grupo Montalvo -conformado por más de 80 instituciones- ha pedido al gobierno transparencia y humanidad en cuanto al proceso de deportación al que son sometidos los migrantes haitianos en República Dominicana. Una mesa social de diálogo pudiera apuntalar esta petición.

 El P. Miguel Ángel o.p., director de radio Seibo, ha intentado colocar denuncias sobre el injusto desalojo de familias pobres haitianas en medios impresos nacionales. Cuando la respuesta no es silencio, nos han "sugerido" -una vez intenté apoyarle- que no es prudente abordar el tema, ¿por qué?

  En un programa de Youtube que obtiene miles de views dijo un panelista: “¿por qué la Iglesia debe trasladarlo todo a términos morales?”. "Si piensas desde Dios la realidad de Haití -afirmó- vemos que ahí, algún poder sobrenatural ha tachado sus vidas para siempre, debieran exterminarse entre ellos mismos”. Es difícil mantener la ingenuidad e imparcialidad periodística luego de escuchar discursos de odio como ese en un medio.

 ¿Cómo podemos trascender la comunicación de la indiferencia con respecto al tema de la migración? Al finalizar del documento emitido por el grupo Montalvo titulado: Dignidad Humana y Deportaciones, aparecen los logos de ochenta marcas, los medios de mayor alcance en el país no pusieron sus firmas. ¿Por qué nosotros, como clase periodística, no nos sumamos a esta iniciativa  y apoyamos la creación de una mesa de diálogo que busque colocar a instituciones de las firmantes, con probada eticidad, como veedores de que las instituciones gubernamentales actúen en correspondencia a las normas establecidas?

 La ética de un país no debe ser solo mirar con ojo periodístico  al pobre, migrante, marginalizado, sino dejarnos mirar por él también y saber, que desde ahí, Dios actúa, transforma, cambia los corazones. Por eso hay que salir a su encuentro y convertirlo en noticia de esperanza para que seamos, además del medio, el mensaje .

 Una vez leí algo que me llamó la atención escrito por el pastor Martin Niemöller durante la segunda Guerra Mundial, extrapolémoslo a nuestra realidad. "Primero vinieron por los haitianos y no dije nada porque no era haitiano. Luego fueron por otros migrantes, negros y pobres, tampoco los defendí pues no era de ese grupo social. Mañana, cuando los discursos de odio, vengan por nosotros, los comunicadores, no habrá nadie que abogue por nuestra libertad. El Grupo Montalvo dio un paso, necesitan de nuestro alcance para amplificar su mensaje. Apoyémosles.

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